Hoy me levanté un poco amargada y un poco harta, un poco enojada y un poco triste, un poco hastiada y un poco agotada, un poco rota y un poco abatida, con poco pulso y con poco vigor, un poco aislada y un poco sola, llena de hartazgo y vacía de sueños, un poco muerta y un poco viva, un poco melancólica y un poco desesperada, un poco sin norte y un poco bloqueada, un poco apagada y un poco perdida, un poco frustrada y un poco callada, un poco sin voz y un poco sin fuerza, un poco dejada y un poco ridícula, un poco invisible y un poco desagradable, un poco tonta y un poco inútil, un poco fracasada y un poco desanimada, un poco ignorante y un poco aterrada, un poco sin gracia y un poco desvalida, un poco lenta y un poco torpe, Un poco dañada y un poco malvada.
Hoy no me siento, ni me veo, ni me escucho; hoy me perdí, y tal vez mañana me encuentre y tal vez recuerde quien soy, más por ahora no estoy, me apagué, me hundí, me escapé, me fui.
Eso sí, me reconozco, incluso en la más profunda oscuridad, así que, aunque hoy no me agrade un ápice, sabré rescatarme a tiempo.