Carta a una Mujer Maltratada

Apr 22, 2020 | Reflexiones

Sé que estás desesperada, que no ves una salida, que aborreces a tu pareja por tanto daño que te ocasiona, que maldices a cada instante sobre tu poca suerte en el amor, que ya te resignaste a vivir éste así: mediocre, abusivo desigual, infeliz; y que sin embargo, aún no haces nada para dejarlo, sé que te sientes víctima, porque muchas veces resulta más cómodo recostarse en aquel lugar de la eterna queja, del auto victimismo y de la auto compasión que el procurar escalar por aquel risco del empoderamiento, el camino de la determinación, y con destino hacia la felicidad.

Entiendo que creas que es más sencillo soportar, callar y obedecer, que hacerse cargo del propio sufrimiento, incluso si alguien más te lo generó y transformarlo en tu mejor versión.

Pues hoy quiero decirte que ha llegado el momento, ¡Ya basta de excusas!, asume tu parte, seca tus lágrimas que mucho desahogan pero nada soluciona, ¡Basta ya! De decirte: “¡Pobre de mí!, ¡Soy tan desgraciada!” y en cambio, comienza a decirte: “¡Gracias a mí!, ¡Soy tan poderosa!” Y emprende tu vuelo. Así que para refutar algunos de tus posibles pretextos, he aquí algunos consejos, que espero te ayuden para que abandones a esa BESTIA de una vez y por todas.

Pasos prácticos y realistas para dejar a tu agresor:


1Ármate de valor: por débiles que parezcamos en cualquier situación, todas las mujeres, sin excepción, llevamos por dentro un inmenso coraje y una fortaleza más grande de la que usualmente logramos ver, porque generalmente solemos apaciguarla con miedos y prejuicios infundados; así que busca por dentro, piensa en tus hijos (si los tienes) y si no los tienes y en la vida que quieres para ti.

2Reconoce: que aunque por desgracia, has dado con unas basuras de hombres que por supuesto, son los verdugos, tienes que hacer conciencia de por qué eres tú quien continúa eligiendo ese prototipo de parejas, ¿Qué ocurre dentro de ti, que vacíos estas queriendo llenar, probablemente de tu infancia para creer inconscientemente que no mereces algo mejor?, ¿Tal vez viviste ese mismo maltrato en tu niñez con tus padres? O ¿tal vez alguno de tus padres no estuvo ahí para ti en esos primeros años, hubo abandono, malos tratos? Siempre es fundamental analizar la causa raíz de por qué elegimos las parejas que elegimos, de por qué nos parece tan aterradora la idea de estar solas, o de estar consigo mismas, ¿Cuáles son esos prejuicios que te llevan a convivir con la primer pareja que te habla bonito al oído?, que luego de tan solo unos meses de tratarlo, no puedes separarte de éste, porque entonces surge una profunda angustia de abandono, que aun cuando comienzan a desvalorizarte a irrespetarte y a abusar de ti de todas las formas posibles, no puedes dejarlo; ¿Qué te hace falta en tu vida: amor, cuidado, protección, estabilidad económica, espiritualidad? Pero antes de pensar en que alguien más te de esto, ya te preguntaste ¿si tú misma te lo estás dando?

Te menciono esto porque aunque estés harta de tu situación y aparentemente tengas claro que no quieres más a un hombre así en tu vida, si no te haces este tipo de preguntas y si no atiendes esos vacíos seguirás atrayendo ese mismo prototipo de hombres a tu vida incesantemente. Y tú seguirás en el rol de víctima, cuyo resultado no es otro que el restarte poder, así seguirás creyendo que no tienes suerte en las relaciones de pareja, y que pobre de ti…

3. Busca un empleo: el que sea, no importa si no ganas mucho o sino es de tu profesión, interés o vocación, pero en principio necesitarás un ingreso que al menos te garantice la alimentación y el cubrimiento de las necesidades elementales para ti y para tus hijos, si es que los tienes. La independencia económica es un paso fundamental para un principio de libertad.

4. Busca a amigos o familiares cercanos de tu confianza y pídeles ayuda de cualquier tipo, al menos mientras tú te estabilizas económica, psicológica y emocionalmente

5.Por ningún motivo regreses con él, oblígalo a que asuma por la vía legal sus responsabilidades como padre, sí, OBLÍGALO, no es una limosna, no es una caridad ni mucho menos, si hay hijos en común él estará obligado a responder económicamente con el 50% de los gastos de esos pequeños, así que no te dejes manipular, no tienen que tener una relación para que se responsabilice por sus propios hijos; pero no vuelvas a caer en sus promesas o en sus manipulaciones. Y si no tienes hijos en común, no hay absolutamente ninguna razón por la cual mantener un contacto con tu agresor. Y antes que nada, piensa en tus hijos, y si no los tienes, en tus padres, familiares, amigos y demás personas que te quieren y sufrirían de sobremanera si tú desaparecieras de este mundo.

Pero si sí tienes hijos, definitivamente piensa en ellos y en la calidad de vida que sueñas para éstos, en su salud mental y por supuesto, en su integridad, en su salud física, ya que no solo están siendo expuestos a una violencia psicológica sino que su salud e incluso su vida podrían estar corriendo grave peligro.Piensa, especialmente si tienes una hija a la que no querrás enseñarle que ese es el tipo de relaciones que deberá atraer a su vida, porque créeme, esos ciclos se repiten patológicamente. Ella querrá repetir en sus futuras relaciones de pareja el patrón de relación que tú viviste con su padre, ella querrá buscar, de manera inconsciente, en sus futuras parejas a su padre abusador, maltratador, manipulador; además que su autoestima se verá gravemente afectada, imposibilitándole construir relaciones sanas, porque sencillamente asumirá que no merece nada distinto. ¿Te agradaría esa vida para tu hija? Y si es un niño, ¿Quisieras hacer de él un futuro maltratador, abusador, narcisista?

6. El dinero no es excusa: si de proteger tu propia vida y la de tus hijos se trata, será mil veces más preferible pasar una que otra noche en la calle pidiendo limosna que experimentando una tragedia en la que muy probablemente un día tu agresor acabe con tu vida y la de tus hijos, o en el mejor de los casos deje sobre todos, una huella imborrable de maltrato, dolor, abuso e indignidad; créeme, de eso nadie se recupera 100%. Así que si tu excusa de hoy para abandonar a ese ser que te hace la vida miserable es que no tienes dinero, trabajo o ayuda de nadie, lo puedo entender, pero no justificar. Sin embargo, te puedo asegurar que por oscuro que esté tu panorama, siempre habrá cuando sea un rayito de luz, siempre hay alguien dispuesto a ayudar, la pregunta será:

¿Tú estás dispuesta a buscar esa ayuda y a permitir que te ayuden?Corre, ve a una estación de policía, a donde una vecina, amiga, con la profesora de tus hijos, a alguna fundación o entidad que respalde estas causas, te aseguro, siempre habrá opciones.

Así que te juro que nunca es tarde, que sí serás capaz y que sí saldrás adelante, todo está en tus manos, no te pongas límites, ni prejuicios, cree en ti, y algo muy importante cuando lo dejes: concéntrate en ti, en tu proyecto de vida, en tus hijos (Si los tienes), en sanar tus heridas y las de ellos, en salir adelante, no en refugiarte en los brazos de alguien más, incluso si es un buen hombre, si tú antes no trabajas en ti misma, no sanas y no atiendes a las heridas de tu niña interna, si no resuelves las preguntas que te han conducido a ese tipo de relaciones, jamás podrás tener relaciones sanas. Cuida de ti mujer, y por último: deja ya de autocensurarte, de auto reprocharte, o de pensar en cómo sería si hubieses decidido diferente, esto es lo que tienes; empieza a buscar el para qué de la situación, empieza a ver el propósito en medio de todo, siempre lo hay, y agradece a Dios (cualquiera que sea tu idea de éste) y al Universo por ponerte allí, pues es justo lo que necesitas para reinventarte, para sacar a flote tu mejor versión, no desde la queja, ni desde la autocompasión, sino desde la gallardía, haciéndote dueña de ti misma, tomando las riendas de tu propia existencia; el momento es ahora, actúa, muévete, porque como bien dicen por ahí: “Quien no se mueve jamás nota sus cadenas”, pues quien aplaza una decisión aplaza la vida, ya es hora de pensar en ti.

Finalmente me despido con todo mi amor y respeto hacia ti, dejándote una última pregunta:

¿En verdad, desde lo más profundo de tu corazón, crees que no mereces algo mejor?

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